PENSÁNDOLO MEJOR
Temo haber sido injusto
con el antequerano
de a pie, que lleva siglo
con sus “cuebas” notables, porque Menga
no cabe en la cabeza.
La colleja
no iría, pues, con él (al fin y al cabo;
si calla, ―el pasmo otorga―: ¿no es el dolmen
mundial?)
Pero, ¿y, vosotros?:
¡Tanto saber, para meter la pata!
Nacido en Mollina, 1941. Estudió bachillerato en Ronda, medicina en Granada, teología en Francia y se licenció en Valencia. Catedrático de filosofía, no ha escrito poesía hasta bastante después de su jubilación. Su Apología del Aire (2015) es todavía, en parte, ensayo filosófico, así como Dólmenes de Antequera, una mirada empática (2017). Encendido alegato en defensa de la dignidad de los dólmenes y su sagrado paisaje. Ha colaborado en diversas antologías y homenajes –a Góngora, San Juan de la Cruz, Zorrilla– y durante veinte años ha ejercido de mosca socrática desde la prensa local antequerana.
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