El cante es una expresión dramática por excelencia que, junto a la música, contiene los elementos básicos de la representación: texto e interpretación. Las letras que aparecen en este libro las veo, por tanto, para ser representadas. Con ello quiero decir que no es mi intención hacer poesía porque la poesía es una expresión literaria total y los textos del cante quedan incompletos si no se convierten en expresión dramática. Mientras escribo estas letras flamencas, lo hago imaginándome el cante en su plenitud teatral, pero sólo puedo trasladar al papel la parte que le corresponde al letrista; por esa razón me veo en este libro más cerca de un dramaturgo que de un poeta.
En el filo del tiempo transparencia
parece deslizar la poesía,
el silencio y la luz de la conciencia,
el ánima del astro y la armonía.
En el olvido, al borde de sí mismo
es amor el retraso fulgurante
que prolonga el principio del abismo
en el eterno vuelo del instante.
Mas yo sé que si me quisieras para
siempre infiel te sería, pues dos veces
no se da un mismo bálsamo en la vida.
Mi espíritu no duerme, atiende cara
a cara sobre el sueño que me ofreces,
y despierta en la luz que nos olvida
Antonio Carvajal inició su colaboración semanal de los jueves en el periódico Granada hoy en marzo de 2005, bajo el epígrafe de «Costumbre sana», gracioso intertexto que un año después, en la colaboración número 50, explanaría con claridad meridiana. El profesor de Métrica y de Retórica literaria, «maestro del microanálisis » según Antonio Chicharro, se somete gustoso a los límites de la columna —no llegar nunca a los mil ochocientos caracteres, blancos incluidos—, y trata de cumplir el precepto establecido por Horacio: deleitar aprovechando. Procura el deleite eligiendo textos con calidad y explanándolos con prosa fluida, escrita para ser leída en voz alta, mezclando artísticamente los tonos, del variopinto humor a la gravedad más adusta, con la erudición precisa para informar al lector sin agobiarlo y subrayando el rasgo preciso en que reside el efecto estético o la lección moral. Suministra el provecho por dos vías principales, la inserción del poema, sea de la época que fuere, en nuestro vivir cotidiano y el breve apunte técnico, histórico o crítico, tendente a instruir suavemente a los lectores menos informados sin resultar fastidioso a los cultos. Difícil ejercicio, del que suele salir airoso, a veces con ironía, a veces con apasionamiento, siempre con verdad……
CUANDO ME MARCHE
CUANDO muera
nadie quede en silencio,
ni lágrimas rueden
sobre mi desierta mesa.
No se levanten cirios
ni se bajen en mi recuerdo
tristes las cabezas.
Cuando la muerte me acompañe
nadie vista luto,
ni coronas de flores me adagen.
No se adornen lujos
ni se regalen las maderas finales.
Cuando al morir me marche
dejad las ventanas abiertas,
y alegría en el aire…
ATLANTIS
AL borde del abismo,
nuestros remos desnudos
cortan
las aguas hiperbóreas,
tejiendo espirales
ante la boca de Fingal.
Navegando
entre las piedras de la noche,
más allá del umbral conocido,
tras los tallos plateados
con ramaje de obsidiana,
hacia la tierra de los sueños.
Donde
los hurones, los osos y las martas,
toman el té
con los guerreros barbudos
que custodian el monte sagrado.
La esposa está velando ya tu sueño,
Señor que te dormiste en una cruz,
y viendo de tu ser la clara luz,
te llama de sus labios dulce dueño.
Al ver de su hermosura el tierno empeño,
conjuras las sirenas y las liras
y, pues que ya han cesado ciegas iras,
permítele acercarse hasta ese leño
en que sangra tu amor agonizante
y deja que sus labios presurosos
se lleguen hasta el cuerpo de su Amante
que parece marfil, y con celosos
cuidados, ciña el pecho palpitante
con guirnaldas de nardos olorosos.
Tiempos de Málaga [Arco iris de esperanza] es una selección de poemas de los siete años que la autora vivió en Málaga y su Costa del Sol. Años de sensaciones y experiencias extremas, en todos los órdenes de la vida. Alegrías, odios, tesón, estudio, paro extremo, esperanzas, amores, ansias, desencantos… y lucha, mucha lucha para conseguir los objetivos propuestos, para vivir intensamente el gozo, la sorpresa… Hermosos años, llenos de gente variopinta, encuentros y desencuentros singulares. La autora rinde homenaje con este libro a todas las personas que conoció, a los inolvidables años rebosantes de energía que fueron y aún perduran como manantial fresco en el día a día de la vida.
LA NOSTRA CASA
SIAMO tu e io nel grande appartamento.
Senza più figli e senza più il tormento
di far quadrare i conti a fine mese,
senza scosse e spiacevoli sorprese.
Tu nel soggiorno a fare le tue cose,
io nello studio con i miei spagnoli.
Non hanno spine ormai le nostre rose,
siamo solo noi due, sempre più soli.
Da qualche anno ci diamo appuntamento
solo all’ora del pranzo e della cena,
ed aspettiamo trepidi il momento
di andare a letto, ognuno al suo angolino.
Per le urgenze che valgono la pena
comunichiamo per telefonino.
CUMBRE
SIGUIENDO la cañada
las piedras ralas de la montaña
me hacen camino
medrando la angostura
de su silencio reverdecido
de lúpulo
subo en el solidario
pestañeo del viento
que me entrega a su altura
NO NOS DEJARON TIEMPO. NO PUDIMOS
bebernos más que nuestra propia sangre
aún viva y caliente.
Después, la muerte lenta, inexorable,
nos fue llamando a todos, de uno en uno.
Y la mirada se quedó dormida
acariciando el verde de los prados
que flotaban al viento de los llantos
de nuestras madres y de nuestras novias.
Y se hizo el silencio
cuando salió la luna allá, a lo lejos,
por detrás de los tesos escondidos.
Y la sangre envolvió la madrugada
LAS palabras han muerto melodiosamente en tu oído.
Yacen en la sombra
junto a los obscuros abismos lineales,
atormentadas sobre blancos lienzos
en la perfecta espera del olvido.
§
EN un principio la llama vigorosa, después la brasa,
después la ceniza, después el viento…
metódico cruce de elementos cercanos al desastre
en un mismo lugar de tu corazón.
Pero aún sentías la frescura del rocío
humedeciendo los frutos secos de la incineración.
Este libro se ha ido fraguando a golpes de azar. Todo parece fortuito. Sin embargo, estoy convencido, nada lo es. Nació una noche de humo, de copas, de jazz, de buena conversación, de risas, de amistad. Su origen es una melodía de Chet Baker, la voz herida de Billie Holiday, un riff de guitarra de Lou Reed, un verso de esos que te erizan la piel escrito por Leonard Cohen, un instrumento de percusión inventado por Tom Waits, una escena de una película de Robert Allman, un relato de Raymond Chandler. Qué sé yo. Su origen lo podemos encontrar en los discos que hemos escuchado a lo largo de nuestras vidas, en los libros que hemos leído, en todas las películas que nos han dejado sin aliento en la butaca de un cine. Su origen está en la fascinación que las vidas, muchas veces llevadas al límite, de estos músicos, despierta en nosotros, en la sensibilidad, en la pasión, en el buen gusto con que estos artistas se han enfrentado al proceso de creación y en su capacidad para transmitírnoslo al resto de los mortales. Este libro es nuestra forma de ser agradecidos. Con él queremos pagar las deudas por todos los momentos de felicidad —cuántos y qué intensos— que estos músicos nos han ido regalando a lo largo de nuestras vidas. Lo dicho. Todo es fruto del azar.
Seleccionar y prologar una antología de poetas, es siempre camino arduo. Hay que moverse a tientas en un mare mágnum de textos y poetas. La costumbre de postular generaciones sea de grupos o tendencias estéticas o de tratar de encajar textos dentro de un movimiento determinado, ya no funciona. Lo que queda es una voluntad decidida de rescatar el lenguaje poético como un canon de verdad y de búsqueda en tiempo de crisis.
Las antologías en general, y entre ellas Femenino Singular, siempre se han encontrado en las encrucijadas de tener que lidiar entre los poetas, el público lector y la academia. Es necesario y frecuente tener que responder a la pregunta ¿por qué una antología más? Una antología presenta siempre una evaluación, dictada por gustos personales, aceptación pública de los poetas, antes de que los historiadores de la literatura empiecen a formular teorías, trazar líneas, enunciar principios u obtener una terminología adecuada. Es siempre refrescante leer a nuestros poetas sin parámetros determinados que los delimiten. Hay que leer simplemente por el placer de hacerlo. Las evaluaciones personales ya vendrán después.
XIV
TU n’as que moi pour contenir tes craintes !
Mes repentirs, mes doutes, mes contraintes
Son le défaut de ton grand diamant ! …
Mais dans leur nuit toute lourde de marbres,
Un peuple vague aux racines des arbres
A pris déjà ton parti lentement.
XIV
¡CONTENGO únicamente yo tus miedos!
¡Mis contriciones, dudas y denuedos
Son de tu gran diamante la impureza!…
Pero en su noche grávida de mármoles,
Un pueblo errante entre raíces de árboles
Lentamente por ti a crecer empieza.
JARDÍN DE LA LUZ PERPLEJA
LOS últimos vestigios de la luz.
La imagen sencilla y complaciente
del jardín de tu niñez.
La tranquilidad de la casa.
Aquel pozo clavado en tierra
donde la yerbabuena era surgidera
y sabían a incienso y a saprofito
los crepúsculos en tu memoria.
La luz. Esa misma luz,
perpleja y libertina
—aun cuando la lluvia no cesara—,
acabará atravesando
la realidad velada de la lluvia.
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