Yo duermo en afección de ideas y en síncopa de pensamiento. Quiero decir, por encima de cualquier consideración literaria, la asunción de lo abstracto como vehículo expresivo, entonación que acorta, unas, suprime otras veces, algún elemento de la oración poética, que tal frase, bien pudiera parecer lenguaje medio esotérico, no por tema vislumbrado sino mejor por jeroglífico del mismo.
Si el mar de tus ojos fuese accesible,
me sumergiría en ellos sin pensarlo,
pues no hay mayor placer que ahogarse
en ellos lentamente.
Manual para dioses infantiles es un ejemplo del ser literario que todos poseemos, recurramos a él o no. Es un ser que vive a cierta profundidad mental y anímica. Con una dosis de independencia elevada con respecto a nuestra personalidad luchadora y cotidiana.
Se comunica muy bien poéticamente. Adolece de rencor, porque el ser literario utiliza todas sus energías en la comprensión y en el valor, es decir, se dedica a la compasión existencial. Es un esfuerzo espiritual más y como tal, genuino y aventurero.
Manual para dioses infantiles es un ejemplo universalizable; un rincón compartible con toda la humanidad; el Cyrano; el Sócrates; el Ghandi; el ser inalienable que todos disfrutamos más o menos conscientemente..
JUGUETE DE LA VIDA
Luce cegador
el sol de mediodía,
se remansan las olas
en claridad de plata.
Unos niños
chapotean en la orilla.
Me siento dueña
de un eterno paraíso
que amenaza
escaparse de mis manos.
Por momentos
olvido que soy yo
quien pasa
como juguete de la vida.
Por los predios de Juan Lobón, circulan ahora rugientes autovías y en la patria profunda del «Seisdedos», donde la voz de a degüello de la intolerancia gritaba «ni muertos ni heridos, tiros a la barriga», abre a diario una biblioteca, donde un hombre joven cultiva la audacia del verso, el vértigo de la palabra, el afán de la lectura que, como bien se sabe, no conduce a nada bueno.
El tipo edita versos, como los que ahora guarda este libro que usted sostiene entre las manos. No son éstos los primeros poemas que escribe y publica Alejandro Pérez Guillén, nacido treinta años hace, y que ya había visitado la imprenta con dos títulos anteriores, Entrevista con la palabra (1997) y El cadáver dormido de la historia, un cuaderno editado por Bellasombra en 2001. Su poesía destila experiencia y lecturas, empirismo y culteranismo, propio de un tipo capaz de citar a Virgilio o a Arturo Pérez Reverte, sin que se le enarque una ceja.
Como en cualquier otro escritor, sus asuntos guardan relación con los eternos. Esto es, el amor y la muerte, o el paso del tiempo.
Esta mano que os dice cómo abrasan las manos, que ayer gozaba el fruto que en la boca era sangre… Esta mano que anota su asumida tragedia porque sabe que puede ser manzana o serpiente, mas prefiere su esquina de silencio y de nadie, aunque clame en la tinta que emborrona la noche… Esta mano —os decía— es culpable de todo cuanto sé que le ocurre por estar de mi parte.
«Probablemente, es difícil saber-conocer o ubicar lugares como Bouyafar o Zerhoun, de aquí que un enigmático título como el que enlaza estos dos nombres no propicia ni vislumbra nada de esa vida que quizá contengan o de los usos y mitos que tal vez encierren. Parece evidente que la función del locus o la descripción de lugares, esto es, lo que en retórica se conocía como topografía o topotesia, va más allá de la simple digresión en la narratio, ya que al estar regida por un yo textual entra en el recurso de la ficción de imposibles, esa elocución retórico-poética que se remonta a la tradición grecolatina. Así, la función comunicativa de la ciudad, del locus, su especialidad entendida desde la monumentalidad del edificio o desde su ruina, está en crisis, en continuas esperanzas aplazadas, pero entre las sombras de la decadencia, la ruina y la luz de la razón o la plenitud de la vida, siempre puede articularse-construirse la belleza.»
CUERPO DE LUNA
Tendido,
junto al hueco
CUERPO DE LUNA
Tendido,
junto al hueco
que lame tu sueño,
acaricio con la mirada
la armonía que sin palabras
esta noche proclamas.
Tu iluminado perfil
y el abismo de cada pliegue
reflejan las dos caras
de esa luna libidinosa
que sin piedad te posee.
RETRATO
Poeta soñador y algo trasnochado
iluso, tozudo y algo enamorado
RETRATO
Poeta soñador y algo trasnochado
iluso, tozudo y algo enamorado
luchador, emprendedor y algo cansado
éste soy yo y algo más que me he
callado.
Carne en carne
que, calor, desprende.
Témpano de hielo
Carne en carne
que, calor, desprende.
Témpano de hielo
en cabeza ofuscada.
Y se atiza,
se prende
y enciende la llama;
pero el agua no corre
y, la nieve, fragua.
Copyright © - Editorial Alhulia Peticiones desde 1998 - 2022 4689684
Esta web no recopila ni guarda datos personales de sus usuarios en ningún fichero automatizado,
todos los datos aquí expuestos han sido cedidos o introducidos libre y voluntariamente por sus propietarios.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies
ACEPTAR